Luego del balotaje la izquierda uruguaya (o por lo menos el FA) se debe una reflexión sobre el resultado y el proceso que llevó al mismo. Algunos ya tienen la cabeza en mayo, pero la sensatez impone bajar un cambio y pensar un poco qué pasó, y qué ha estado pasando en todo este tiempo.
Es un error considerar al interior como un territorio irrecuperablemente facho y optar por venderle a Brasil todo el norte del Río Negro. Deberíamos empezar a tender puentes.